Carlos Mansur, presidente del Comité Hipólito Yrigoyen, UCR de Junin.
El radicalismo se encuentra ante una gran oportunidad de generar una nueva posibilidad, un futuro diferente para todos los argentinos. Durante todos estos años hemos recibido muchas críticas por aliarnos y armar una coalición. Durante todos estos años hemos trabajado muy duro. Quizás nuestro error fue el no haber sido vanidosos, egocéntricos, quizás nuestro error fue centrar todas nuestras energías en levantar un partido que estaba siendo olvidado, y pisoteado y generar una verdadera oposición para un oficialismo que estaba destruyendo al país.
Y ganamos. Después de muchísimo tiempo, el radicalismo fue parte sustancial del gran embate que se le dio al peronismo, y al kirchnerismo en nuestro país.
Si claro que fuimos parte y somos partes de una coalición. Pusimos nuestra presencia, nuestra estructura partidaria, nuestra militancia en cada rincón de Argentina, para poder lograr un cambio, un gran cambio. Y como en todo proceso democrático, luego perdimos. Perdimos en las urnas, pero lo que logramos no se destruyó.
Nosotros seguimos acá, más fuertes que nunca. Y sabemos que hay momentos en qué hay decidir dar un volantazo, decidir alzar la voz aún más fuerte, cambiar la perspectiva: este es el momento en que sabemos que podemos hacer la diferencia posicionándonos de otra forma.
Venimos construyendo personas con liderazgos capaces de representar, resolver y dirigir nuevamente una verdadera transformación. Fieles a nuestros principios y valores, a nuestra historia, como siempre, pero dentro de la coalición que ya una vez nos permitió ganar.
Ahora, vemos la necesidad de participar también desde otro lugar en esta coalición, porque sabemos que somos capaces de hacerlos, y porque el país nos demostró que así lo quiere. Tenemos el apoyo de gran parte de la ciudadanía argentina para continuar transformando nuestra realidad, pero los protagonistas, los líderes que alcen la voz, deben ser radicales.
Tenemos la estructura, la militancia, la historia, la experiencia, la tenacidad, la vocación, liderazgos, una juventud que nos acompaña, una juventud que es el futuro.
Una vez que termine nuestra interna radical, debemos concentrarnos en la unidad del partido. Una unidad que merece ser liderada por radicales que conocen lo que vinimos haciendo durante todos estos años y que estén en sintonía con lo que todos deseamos: una Argentina diferente y mejor para todos.
Somos un partido con historia, pero también con presente, con presencia en cada rincón del país, con jóvenes participativos, comprometidos y militantes. Nuestras figuras y los líderes que nos representan deben responder a las exigencias de nuestro país: el radicalismo ya es protagonista, es momento de asumir el liderazgo.
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