
El presidente argentino criticó la expansión de esta corriente de pensamiento en un discurso donde cuestionó antecedentes y trajo un fuerte mensaje sobre libertad y colectivismo.
La palabra woke se transformó en un término clave en los debates políticos y culturales a nivel global. Lo que alguna vez fue una expresión que denotaba una conciencia social sobre las desigualdades, hoy es un concepto cargado de connotaciones ideológicas. En Argentina, el presidente Javier Milei lo calificó en el Foro de Davos como “socialismo cool”, “un virus mental” y “un cáncer que hay que extirpar”; mientras que líderes como Donald Trump y Elon Musk lo describieron como una amenaza para los valores tradicionales y la libertad individual.
El término woke proviene del pasado del verbo en inglés wake, que significa despertar. En su uso moderno, se refiere a un estado de conciencia sobre las injusticias sociales y políticas, especialmente en temas como el racismo, la igualdad de género, los derechos LGBT+ y el cambio climático. El diccionario Oxford define esta palabra como “estar consciente de temas sociales y políticos, en especial el racismo”. Sin embargo, añade que muchas veces se usa de forma despectiva, para describir a quienes parecen “molestarse con demasiada facilidad” o “exagerar sobre estos temas sin generar cambios reales”.
En este contexto, woke también abarca prácticas como la “cultura de la cancelación”, un fenómeno donde se boicotea a personas o empresas percibidas como ofensivas o contrarias a los valores progresistas. Para sus críticos, este comportamiento representa una coerción ideológica que amenaza la libertad de expresión y fomenta una división social más profunda.