
El exsenador, que permanece con detención domiciliaria luego de que tratara de ingresar a Paraguay con 200 mi dólares no declarados, rechazó las acusaciones que se le hacen de haber recibido una coima para respaldar al oficialismo en el Congreso. “Yo ya estoy condenado”, se quejó.
El 4 de diciembre de 2024, en un control de rutina realizado en la Triple Frontera, detuvieron al senador Edgardo Kueider, quien no pudo justificar el origen de 200 mil dólares que llevaba en la camioneta que lo trasladaba. Desde entonces permanece detenido con prisión domiciliaria, y cuatro meses después del hecho decidió romper el silencio.
En una entrevista con Eduardo Feinmann, el ahora ex senador rechazó enfáticamente las acusaciones que lo vinculan con una supuesta coima por su voto a favor de la Ley de Bases que fue aprobada en 2024.
“No tenía plata negra, no hay plata ilícita en esto”, afirmó antes de apuntar que su respaldo al proyecto de ley de La Libertad Avanza fue una decisión política basada en su convicción de evitar una crisis en el gobierno democrático recién asumido. “No hay otro motivo. Le acabo de decir por qué voté la ley de bases. No hay ningún pago”, subrayó.
Kueider también hizo hincapié en que su voto no estuvo orientado a beneficiar intereses personales ni económicos, sino que su apoyo a la ley fue clave para evitar la caída del gobierno, que estaba siendo atacado por el kirchnerismo.
En ese sentido, aseguró que ese sector no le perdona haber evitado que consiga su propósito: “El kirchnerismo quería que caiga el gobierno, por eso me condenan a mí, porque yo impedí que se vote en contra esa ley y por ende caiga el gobierno; eso es lo que a mí no me van a perdonar del kirchnerismo”.
El ex senador también se refirió a las acusaciones de “traición” por haberse distanciado del kirchnerismo y formar un bloque propio en el Senado. En su defensa, Kueider aclaró: “No era kirchnerista en Entre Ríos, siempre tuvimos confrontaciones”.
En el mismo marco, aseguró que su decisión de formar un bloque autónomo en el Senado fue para defender los intereses de su provincia, que sentía ignorados bajo la gestión del oficialismo.
Kueider, quien aseguró ser consciente de las acusaciones en su contra, expresó que ya se siente “condenado” social y políticamente. “Ya tengo la condena, estoy consciente de que el kirchnerismo me persigue por este voto”, lamentó, y añadió que sus acciones fueron motivadas por la convicción de que el país no podía pasar por una crisis aún mayor.
Hace un par de semanas, Kueider había hablado en el programa “Plaza Mansilla”, que se transmite en Entre Ríos por la señal de streaming Vorterix Litoral, donde dio una versión similar sobre los USD 200 mil dólares que llevaba cuando fue detenido: “Lo que tengo para decir es que no provienen de ilícitos y tampoco provienen de Argentina”.
“Desde el momento en que esto tomó estado público y el Senado decidió mi expulsión he recibido innumerables amenazas. Los mensajes que he recibido son del tipo ‘cuidado porque te pueden hacer desaparecer’, porque así el Gobierno se cubriría ante una eventual manifestación mía al respecto. O puede ser al revés: puede que del otro lado intenten hacer algo para luego endilgarle la responsabilidad al Gobierno”, alertó en esa misma entrevista.
A fines de 2024 -el 12 de diciembre-, el Senado expulsó a Kueider por una enorme mayoría: fueron 60 votos a favor, seis en contra y una abstención.
El entrerriano había llegado a la Cámara alta en 2019 con la boleta del kirchnerismo y se separó en febrero de 2023, enojado con Alberto Fernández y el cristinismo. Luego pasó a ser parte del interbloque Provincias Unidas, que mantiene claros contactos con el Gobierno.
El 25 de marzo pasado, la Justicia de Paraguay volvió a rechazar por “defectos” formales la solicitud de extradición del ex senador, que había sido realizada por la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado en diciembre para traerlo detenido al país e indagarlo por presunto enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.