Quien da luz, ilumina su senda.
La Real Academia sueca de ciencias otorga anualmente un galardón muy codiciado: el Premio Nobel de Física. Ese premio, a través de los años, y en distintas materias se otorgan desde 1901.
En física lo obtuvieron, científicos eminentes, que jugaron un rol decisivo en el progreso de la humanidad.
Lo ganaron entre otros Roentgen(aleman) descubridor de los rayos X, los esposos Curie por el estudio del fenómenos de las radiaciones; Marconi(italiano) por el desarrollo de la telegrafía sin hilos. Tambien lo logró Albert Einstein en 1921.
En 1912 el premio Nobel de Física le fue concedido con entera justicia a un cientifico sueco, al que todo capitán de buque que buscase cautelosamente su ruta por canales peligrosos o todo aviador que volase en medio de la noche debieran recordar con enorme gratitud.
Cuando Nils Gustaf Dalen a quien me estoy refiriendo, se encaminaba a recibir, de manos al rey de Suecia el valioso premio se lo vió avanzar con paso vacilante, pese a que solo tenia 43 años. Dalen era ciego.
El público asistente al acto lo observaba con un doble sentimiento: de valoración y de pena, pensando que hay dolores a los que ya no se les puede sumar dolor.
Instado a hablar en la ceremonia expresó:
-“Me hace doblemente feliz el hecho que alguien como yo, que no puede ver siquiera la luz del día, haya podido iluminar las noches de los marinos y los aviadores y por ende, tener la felicidad de poder salvar vidas humanas.”
Dalen inventó, en 1942, un método de iluminación, constante e intermitente, usando como fuente de energia el gas.
Esta intermitencia evitaria accidentes y podria usarse en las boyas de acetileno ubicadas cerca de la entrada de los puertos, en las balizas y en las luces de los ferrocarriles.
Y una aplicación muy importante de su invento se realizó en los faros.
Suecia -por la irregular conformacion de sus costas- contaban con cientos de faros y por ende, con el problema que en cada uno debia habilitarse una vivienda para el torrero, que asi se llama quien lo tiene a su cargo y su familia, naturalmente.
Antes de su logro, y en cada caso, obviamente debia hacerse un desembarcadero para los barcos que transportaban viveres y tambien adoptar los medios para que los hijos de los torreros, concurrieran a las escuelas a completar su educación.
Nils Dalen inventó entonces el faro automatico, que ademas de su precisión elimina el factor humano sujeto por tal a contingencia si hay riesgos para los buques. Además, los faros podrian cumplir su mision sin ser habitados por seres humanos.
De ahi en mas, ya solo una vez por año se haria la revisacion de cada faro, que cumplirian su misión sin necesidad de utilizar ninguna persona.
El cientifico habia nacido en 1869, y vivió desde su cegera, sobrevenida a los 42 años en una quinta cercana a la bahia de Estocolmo.
Y un 9 de Diciembre de 1936 Dalen cerraba sus ojos definitivamente ya cerrados. Tenía 68 años.
Llegó a ser uno de los hombres mas queridos y respetados de Suecia.
Solo sus anteojos oscuros daban un indicio de su irreversible problema visual. Pero aún careciendo de algo tan fundamental como la vista -que para muchos seria como carecer de todo-, supo y quiso olvidar que el anochecer del ciego no tiene aurora.
Y siendo de pequeña talla, proyectó sombras gigantezcas, por que sus alas sobrepasaron fronteras.
El dia de su muerte todos sus compatriotas lo lloraron, el comercio y las oficinas públicas cerraron sus puertas, como un homenaje a quien solo aceptó la esclavitud del deber cumplido.
Y, hecho unico en la historia del mar, todos los buques suecos y extranjeros, que en ese brumoso dia de 1936 entraban o salían del canal, disminuyeron su andar y pusieron sus banderas a media asta en señal de duelo por el hombre que tantas veces los habia hecho llegar a puerto, sanos y salvos.
Y a este héroe auténtico que ratifico que muchos miran sin ver, que muy pocos ven sin mirar, y a su triunfo en la adversidad le dedico este aforismo.
“Cuando luchamos por un mundo, mejora nuestro mundo”
