
El exintendente de Morón manifestó “querer ayudar” al actual Jefe Comunal, pero su séquito salió de manera sincronizada a desestabilizar la gestión de Ghi. El peronismo de Morón, en la voz de un referente del Luquismo, salió a cruzar la jugada.
Días antes de las elecciones legislativas nacionales, del último domingo, una serie de comunicados de Nuevo Encuentro críticos con la gestión de Lucas Ghi empezaron a enrarecer el clima electoral en Morón. Una vez conocido el resultado de las urnas que arrojó una derrota de Fuerza Patria por cinco puntos a nivel local contra la Libertad Avanza, las voces de reprobación emergieron desde NE sin perder el tiempo, esa misma noche de domingo un encendido discurso de Diego Spina, con Mónica Macha al lado, en el que trató de cobarde al intendente de Morón sobrepasó todos los límites.
El exfuncionario y concejal en uso de licencia apuntó a Ghi como el único responsable de la derrota electoral por su supuesta mala gestión, quizás olvidando que el 7 de septiembre los vecinos de Morón revalidaron esa gestión con un triunfo inobjetable de la lista local que obtuvo el 44% de los votos. Allí la discusión electoral se circunscribió a temas locales y provinciales y no a la figura de la expresidenta Cristina Kirchner que moldeó junto a La Cámpora la lista y los ejes de la campaña de Fuerza Patria en octubre. Sin dudas el escenario fue otro y eso se evidenció en el resultado final, donde de todos modos en Morón la lista de Taiana sacó más de 71 mil sufragios.
De cualquier manera, para NE lo más fácil es apuntar a Ghi todos los males. Por eso Spina y otros adláteres de segunda y hasta tercera línea de Martín Sabbatella salieron en fila a fustigar la gestión y la figura del intendente culpándolo del resultado del domingo.
Sin embargo, Martín Sabbatella declaró que quiere “ayudar al intendente a enderezar el gobierno”, marcando distancia de sus cercanos y poniendo supuestos paños fríos. La respuesta no tardó en llegar y fue Adrián Grana, funcionario de la provincia de Buenos Aires y cercano a Lucas Ghi, quién tomó la posta y contestó: “No, gracias. La colaboración que ustedes dieron llevó a esta gestión a tener una de las peores situaciones que se podían tener que fue hasta octubre de año pasado y se desarmó por la desidia, por el internismo, por el egoísmo y haciendo una cosa gravísima que es desoír la voluntad popular no reconociendo el liderazgo del intendente que había sido elegido por la gente y no por dos, tres o cuatro dirigentes. Esas colaboraciones lo único que han hecho es entorpecer el trabajo, el intendente sabe por dónde y con quien avanzar con el camino de reconstrucción de Morón y volverlo a poner en el lugar que tiene que estar”.
Desde el seno del gobierno de Morón advierten que la jugada de NE fue demasiado obvia, mandaron a romper a las segundas líneas para elevar a Martín Sabbatella como el conciliador y darle algún nivel de participación en una gestión que se recompone con una nueva reconfiguración tras sacarse justamente de encima a quienes no legitimaban al intendente y quisieron llevarlo al desastre.

