
El recorte temporal de derechos de exportación tendrá un costo fiscal que equivale casi a la mitad del superávit financiero de 2024. La medida será por decreto y se reajustarían automáticamente en julio sin pasar por el Congreso
El Gobierno cederá recaudación por un monto equivalente a poco menos de la mitad del superávit financiero del 2024 por la baja de derechos de exportación a productos del agro. El Poder Ejecutivo decidió redoblar la presión sobre gobernadores e intendentes para que apliquen sus propios recortes en el nivel de presión impositiva y dará a conocer la letra chica de la medida este lunes cuando se publique el decreto oficial.
La baja de retenciones se conoció dos semanas antes de la reunión pautada entre el ministro de Economía Luis Caputo y la Mesa de Enlace agropecuaria, que había planteado como uno de los puntos a discutir en el Palacio de Hacienda, la necesidad de una baja inmediata en los derechos de exportación en un contexto crítico para el sector.
Según fuentes oficiales, el costo fiscal de la medida será de unos 800 millones de dólares, que según estimó el economista de Analytica Claudio Caprarulo, equivale a 0,13% del Producto Bruto. Esto representaría poco menos de la mitad del superávit financiero que registró el sector público nacional en 2024 (0,3% del PBI). Caputo mencionó que para eliminar por completo todo ese gravamen el Estado nacional debería contar con USD 8.000 millones de superávit.
El jefe del Palacio de Hacienda aprovechó el anuncio de baja de retenciones para volver a mencionar los impuestos de provincias y las tasas municipales, y aseguró que este recorte en derechos de exportación implicará una mejora recaudatoria de tributos que son coparticipables, por lo que derramará a través de mayores transferencias automáticas a las arcas de los gobernadores. “Un mensaje para todos los sectores: sería bueno que todas las exigencias o reclamos se concentren a nivel de provincias y municipios”, lanzó Caputo.
La oportunidad del anuncio de baja de retenciones se dio en medio de una negociación técnica con el Fondo Monetario Internacional, que suele presionar por cambios en el esquema cambiario como parte de la discusión hacia desembolsos nuevos. No hubo anuncios oficiales sobre ninguna modificación, por ejemplo, en el dólar blend, una medida que suele ser objetada por el staff del organismo. El ministro de Economía, de hecho, salió este jueves a asegurar que “el programa económico continuará siendo el propuesto por Argentina”.