La verdadera hermandad no requiere lazos de sangre
A una mano abierta siempre la guía un corazón abierto
Hay una institución cuya bandera en respetada en todos los paises del mundo, por la labor exclusivamente humanitaria que realiza. Me estoy refiriendo a la Cruz Roja Internacional
No todos conocen a su artífice, al creador de la Cruz Roja. Demos ya sus datos demograficos
Este hombre, nacido en Ginebra, Suiza un 8 de mayo 1828, se llamó Henry Dunant.
Dunant, un ser muy sensible, sufría acercándose al dolor, pero más sufría alejándose del mismo.
Es que el dolorido, comprende mejor el dolor ajeno.
Sabía que una herida profunda es una muerte parcial y enjugar lágrimas, no es suprimir dolores. Pero es atenuarlos.
Dunant nació, reitero, en 1828, el mismo año que nacieron, ¿coincidencias? ¿destino? ¿Dios?, en Francia Julio Verne, en Noruega Ibsen el gran dramaturgo y en Rusia, León Tolstoy, el singular novelista.
Parecería que la humanidad, tuviera ciclos, en los que produce hombres de un talento no común o una moral superior.
Dunant había heredado de su padre, un banco.
Napoleón III, rey de Francia, que estaba en guerra con Austria, lo llamó para solicitarle un empréstito.
Dunant debió viajar a París, naturalmente en un carruaje.
Decidió pasar por Italia por una gestión y fue testigo –pocas horas antes había finalizado- de la sangrienta, aunque todas lo son, batalla de Solferino, con 40.000 víctimas entre muertos y heridos.
Detuvo su carruaje, bajó del mismo y el horror lo paralizó.
Decidió entonces regresar a Suiza, olvidando su compromiso con Napoleón III.
Es que el hombre vale, por lo que le hiere.
Su vida tendría un solo propósito. Fundar una institución, que resguardase a los heridos y prisioneros de guerra, cualquiera fuese su nacionalidad.
Y escribió en solo 10 días, un libro que llamó “Recuerdos de Solferino”, que conmovió la opinión pública.
En el mismo, explicaba claramente, el porque, muchos cantan cuando van a la guerra, pero ninguno cuando regresa.
En 1863 organizó un congreso en Ginebra, con representantes de 16 países europeos.
Propuso y se aprobó, que se reconociera como neutrales a las ambulancias, hospitales y personal que atendieran a los heridos cualquiera fuese su nacionalidad.
La insignia elegida para su identificación, una cruz roja sobre fondo blanco, llevaba los colores de la bandera Suiza.
Su vocación filantrópica, le hizo descuidar totalmente sus intereses personales, hasta llegar a la indigencia.
Cuando a los 82 años, un 30 de octubre de 1910 moría en Suiza Henry Dunant, tuvo que hacerse incluso una suscripción pública, para costear el entierro de este patriota universal, cuyas alas espirituales habían atravesado fronteras.
Henry Dunant, que sabía que tristeza y dolor no son sinónimos pero suelen viajar juntos, había nacido un 8 de mayo de 1828.
Supo comprender que si a todos nos doliese el dolor del prójimo, casi no habría dolor.
Por eso, con toda justicia, cada 8 de mayo, se celebra el “Día de la Cruz Roja Internacional”, en homenaje a Henry Dunant que demostró que la riqueza espiritual, no sufre bancarrotas…