
A pesar de ser un tema con una relevancia relativa entre los vecinos del Municipio de Morón, en el pago chico, el de la militancia, no es un tema menor el de la interna de Nuevo Encuentro. El temor a la “zona liberada” y los llamados al desorden que preocupan.
De un lado se encuentra el creador del partido que logró gobernar Morón en una época de oscurantismo y hartazgo social, y del otro uno de los referentes de la política de la región y quien logró recuperar el poder en 2019. Sabbatella vs. Ghi, Ghi vs. Sabbatella: una pelea que ahora suma un round poco feliz.
A principio de año, Morón estuvo en el foco central de los medios por dos hechos de inseguridad graves donde el joven Franco Vera perdió la vida y un médico se salvó milagrosamente. A partir de allí, la inseguridad pasó a ser un tema central en Morón. Para Ghi se transformó en la prioridad de su gestión (echó al Secretario de Seguridad y puso a un duro en su lugar) y del lado del Sabbatellismo una oportunidad de socavar el liderazgo del intendente. Hasta dos posturas lógicas en el marco de una interna aunque en las últimas horas se sumaron hechos que generaron sospechas en algunos actores.
En la última movilización en la que los vecinos se juntaron para reclamar por la seguridad en Morón, hubo presencia política, cuestionamientos y algunas acusaciones hacia el espacio liderado por Sabbatella. En la Plaza San Martín, no pasó desapercibido el comentario de un concejal opositor: “A Nuevo Encuentro nunca le importó la Seguridad, son garantistas”, señalaba a un funcionario en un intercambio. Rápidamente desde el primer piso del edificio municipal recogieron el guante y fijaron posición: “El Intendente hizo cambios en el gabinete porque sabe cuál es el reclamo de los vecinos”, explicaron.
El Intendente fijó posición y una postura clara con la remoción de Andrés Rodríguez, un sabbatellista de pura cepa, en la cartera de seguridad y la “mano” se sintió en lo profundo de la interna partidista. En el rincón del ex titular del AFSCA pusieron en marcha el operativo de contingencia y de golpe y porrazo empezaron los invites a movilizaciones, la aparición de cámaras de seguridad misteriosas y, en plena retirada, el peligroso llamado a liberar zonas.
Son tal vez los últimos rounds de esta pelea en la que en las tarjetas, Martín Sabbatella no tiene chance alguna, la posibilidad de un nocaut milagroso es casi nula porque está “grogui” y lo único que parece quedar son los golpes bajos…